Antiguamente el hierro se usaba eventualmente pero como
material propio de la construcción no se utilizó hasta el siglo XVII. En los
periodos del Gótico y el Renacimiento se utiliza como material complementario a
la madera. El hierro fundido debido a su
fragilidad, limita el poder aplicarse en las obras más grandes de la
construcción.
Los primeros usos del hierro aislado sin mezclarlo con otros
materiales fue en las columnas del monasterio de Santa María de Alcobaza en
Portugal, también se dio uso de el en 1670 para la columnata del Louvre. Aunque
no encontramos mucha arquitectura si que destaca este material como elemento
ornamental.
En 1755 se intento construir un puente de hierro sobre el
Ródano pero quedo en un intento fallido por no poder fundir piezas de tales
dimensiones. El Iron Bridge fue el primer puente construido completamente de
hierro y fue realizado en 1775.
Paulatinamente el hierro avanza en la costruccion debido al
riesgo que suponían los incendios de las estructuras de madera. Un destacado es
el Edificio de la Bolsa de Comercio en París.
Hasta aquí tan solo se utilizaba el hierro y este presenta
algunas desventajas con respecto al acero como es la baja resistencia a la
tracción y el no poder soldarse ni laminarlo.
A finales de este siglo se empiezan a construir los primeros
entramados interiores en hierro, destaca la fábrica Textil Benyon, Bage &
Marshall.
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