El hierro no comienza a
utilizarse como material en la construcción hasta el siglo XVII. A lo largo de
los períodos gótico y el Renacimiento se le encuentra como material
complementario de componentes como la madera.
En la etapa comentada
anteriormente no hay apenas expresiones en la arquitectura o en la estructura.
Aunque el hierro empieza a utilizarse para la fabricación de rejas,
protecciones, etc.
Una curiosidad: el sistema de
cañerías de hierro fundido que da agua a las fuentes de los Jardines de
Versalles fue construido a finales del siglo XVII en la actualidad sigue funcionando de manera
correcta. Esta tecnología tendrá un impacto muy notable en las siguientes
épocas en el sector de la arquitectura, la ingeniería y la construcción en los
siglos siguientes.
En el desarrollo del ferrocarril
que comienza con la minería se le sumaba hierro colado a las curvas para que
permanecieran en el carril. Es un campo donde se puede usar la creatividad.
De forma muy pausada se va
avanzando en el uso del hierro en la construcción. Este uso más intensivo del hierro en la
construcción se va dar por los riesgos latentes de incendios que existían en
las estructuras de madera en la industria. Un buen ejemplo para este cambio fue
el cambio del Edificio de la Bolsa de Comercio de París. En un incendio la
cúpula se quema; a principios del siglo
XIX, más concretamente en 1811 la cúpula del edificio fue reconstruida en
hierro. En el año 1888 este edificio se transforma en Bolsa de Comercio.
No es hasta mucho más adelante
cuando aparece la figura del mayorista hierro.
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